Se cumplió el guión. Más de cuarenta mil personas se citaron en mitad del desierto fragatino, en tierra de nadie, para vivir la decimotercera edición de Monegros Desert Festival, un evento increíble que, para la mayoría de los asistentes vivió su mejor episodio. Porque la evolución de esta hiperbólica fiesta electrónica ha llegado a su cénit organizativo. Todo marchó sobre ruedas, sin apenas errores ni problemas y se antoja difícil mejorar el festival en años venideros. La edición del 2007 queda como el listón más alto de la ya larga trayectoria de Monegros Festival en todos los sentidos, desde los servicios básicos hasta el sonido de los escenarios. Por poner otro ejemplo, incluso desde la Guardia Civil de Fraga se ha considerado este Monegros como el más tranquilo en lo que incidencias de tráfico se refiere. Lo dicho, modélico este festival en todos los sentidos.
La cifra mencionada, cuarenta mil personas, podría entenderse que sigue la línea de los años anteriores, teniendo en cuenta que desde el 2005 nunca se ha bajado de este número, pero en esta ocasión, nos encontramos con un par de peculiaridades que ofrecen aún más valor si cabe al tirón de Monegros. Porque la fecha de este capítulo, 7 de julio, coincide de lleno con otras macrofiestas populares muy importantes, léase San Fermín y la Vaquilla de Teruel. Pero ni con estas coincidencias de calendario se merma un ápice esta espectacular verbena electrónica.
Año tras año, edición tras edición, Monegros analiza los fallos y procura enmendarlos. En esta ocasión, la decisión sobre la que se puso especial empeño fue agrandar el recinto todo lo posible para lograr mayor comodidad. Prueba superada. Los 20.000 metros cuadrados que se tomaron prestados al desierto permitieron que cada uno campara a sus anchas, pudiendo huir de agobios y encontrar zonas de relajación para quien las necesitara.
Otro de los grandes esfuerzos fue el renovado diseño de los escenarios. Fueron siete los que se habilitaron y todos ellos merecieron un notable, incluso sobresaliente en el caso del escenario Expo Zaragoza 2008. En esta zona, en la que el cartel de artistas era probablemente el más ambicioso, el montaje era sencillamente espectacular, con un sonido imponente, un juego de luces perfecto y tres enormes pantallas gigantes estratégicamente situadas que permitían no perderse detalle alguno. Por aquí pasó la joya de la corona en esta edición del 2007, Underworld. Un show impecable el de los ingleses, que a pesar de promulgar una renovación estilística, no pueden escapar de su propio sonido. Se les vió disfrutar con el ambiente del festival, contagiados de la energía que desprende Monegros Desert. Y eso que saltaron las luces de alarma cuando al cuarto de hora del inicio de la actuación estrella de la noche una densa lluvia hizo acto de presencia, refrescando el ambiente y también la memoria colectiva al recordar la parroquia la tormenta del año anterior. Pero quedó en un susto y pronto la nubes dejaron de amenazar el festival. Así las cosas, hubo truenos de nuevo, pero salieron de los rugidos de los miles de fans que se volvieron locos cuando Underworld hizo sonar uno de sus grandes himnos Born Slippy, el tema central de la película Trainspotting.
ACTUACIONES DE LUJO
En el escenario Expo 2008 hubo actuaciones memorables, como la de Derrick May, que entró en materia como una apisonadora. Sensacional fue la sesión del alemán Sven Väth, que ofreció un registro más comercial y divertido de lo habitual, lo que le permitió meterse al público en el bolsillo. Y Richie Hawtin cumplió con las espectativas.
Pero además de la carpa Expo 2008, había otros puntos de interés, como, por ejemplo, el coqueto escenario Bacardi Stage, con suelo asfaltado y gradas laterales, además de un sistema de luces muy efectista. Por esta zona triunfaron Gaiser con en minimal muy elegante o el potente set de Asian Dub Fundation. Muy celebrado fue también el escenario Sennheiser, donde Dominique Eulberg o Tiefschwarz arrasaron.
Otra de las grandes estrellas de Monegros 2007 era Snoop Dogg. Y dentro de la organización hubo un momento de nervios cuando llegó la noticia de que el rapero californiano no había aterrizado a tiempo. De hecho, llegó dos horas más tarde de lo previsto, con lo que su presencia sobre el escenario se entendía iba a retrasarse, con los consiguientes silbidos. Pero al final, dicho retraso quedó en un puñado de minutos y el espectáculo amortizó la espera.
Hasta 70 artistas fueron los que pasaron por las cabinas y escenarios de Monegros Desert Festival. Muchos de ellos repetían experiencia, pero otros vivían Monegros por primera vez y quedaron impresionados por la singularidad de la gran fiesta del desierto. Y es que este año ha sido probablemente el más internacional, tanto por las nacionalidades varias de los artistas, como las del público. Hasta Australia llega la fama de este enorme sarao, tal y como nos contó Jeff, estudiante nacido en Sidney, pero que vive en Madrid. Sentado en la grada de Senheiser, con una pierna escayolada, Jeff no tenía palabras para describir la fiesta "he estado en el Love Parade de Berlín, en I Love Techno de Bruselas y en otros muchos festivales, pero lo que estoy viendo aquí, en medio del desierto, no lo voy a olvidar nunca. Es el mayor espectáculo electrónico del mundo." Amén.
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